lunes, 17 de marzo de 2014

Crimea se abraza a la Rusia de Putin

                                                                      


El 96,77% de los votantes en el referéndum secesionista convocado por la república autónoma de Crimea(Ucrania) se han pronunciado este domingo, con todas las papeletas escrutadas, por la incorporación de este territorio a Rusia, según ha informado la Comisión Electoral de este territorio situado a orillas del mar Negro. Solo un 2,51% ha votado por continuar siendo parte de Ucrania pero con más competencias que en la actualidad. Crimea está siendo el epicentro de una de las mayores crisis internacionales desde la desintegración de la URSS en 1991.
Según la televisión oficial de Crimea, que emite conjuntamente con el canal de televisión rusa Rossia 24, la participación en el referéndum superó el 89,5% en Sebastopol, la ciudad sede de la flota del mar Negro rusa; en la capital, Simferópol, fue del 88,5% y llegó al 82,7% en el resto de la península. El canal reiteraba que el 40% de los tártaros, la comunidad más reacia al referéndum, habían votado. Todos estos datos son imposibles de verificar, porque el número de observadores se limitaba a varias decenas de personas complacientes que no veían nada anormal en la consulta. Además, los ciudadanos no incluidos en las listas podían votar en si rellenaban una solicitud en el mismo colegio electoral.
El pasado 6 de marzo, el Soviet Supremo de Crimea (Parlamento local)aprobó una declaración de independencia y sus dirigentes subrayaron que el triunfo de la primera opción significa que Crimea se declara independiente. Según una ley que data de 2001, Rusia puede incrementar sus dimensiones mediante la incorporación de Estados (o territorios pertenecientes a estos Estados) mediante la firma un acuerdo bilateral internacional. Dado que Crimea, según su propia lógica, se convierte en independiente, esto significa que Moscú, también desde su propia lógica, puede firmar un acuerdo con Simferópol al margen de Ucrania. Una delegación del Parlamento local ha solicitado esta mañana oficialmente la incorporación de la península a la Federación Rusa.Dos eran las preguntas sometidas a votación a un censo electoral de algo más 1,5 millones de personas. En la primera se preguntaba sobre la incorporación a Rusia en calidad de provincia y en la segunda, sobre la permanencia en Ucrania sobre la base de la Constitución local de 1992. Según el censo de Crimea, un 58,3% de los habitantes de la península son rusos, el 24,3% son ucranianos y el 12,5 % son tártaros.
El procedimiento de la “fusión” implica varios pasos, pero puede acelerarse en función de las necesidades del Kremlin y de los separatistas. Las formalidades para completar el proceso deberían incluir el reconocimiento de la independencia de Crimea por parte de Rusia. A esto seguiría la preparación y firma de un tratado bilateral. Después, habría que someter ese tratado al Tribunal Constitucional para ver si el documento está en consonancia con la Ley Fundamental de la Federación Rusa. En caso positivo, el tratado ruso-crimeo se sometería a la votación de las dos Cámaras del Parlamento (Duma Estatal y Senado o Consejo de la Federación) y a la firma del presidente. Suponiendo que todos estos requisitos se llevaran a cabo con la máxima celeridad, el proceso llevaría algunos días, pero dado el carácter extraordinario de lo que está sucediendo, tal vez incluso menos.
Esta semana hay programados en Moscú diferentes actos para canalizar los procesos de incorporación a Rusia por parte de diferentes entidades, entre ellas municipios e instituciones culturales. Los funcionarios dependientes de las instituciones oficiales de Crimea han cobrado ya su sueldo de marzo por anticipado y en grivnas (la moneda ucrania), pero han sido advertidos de que su próximo sueldo, el de abril, será ya en rublos (la moneda rusa), señalan medios informados.

el pais.com

Decenas de miles de personas protestan en Moscú por la ocupación de Crimea


Partidarios de la política del Kremlin en Crimea marchan en Moscú. /ALEXANDER ZEMLIANICHENKO (AP)Recomendar en Facebook0Twittear0Enviar a LinkedIn0Enviar a TuentiEnviar a MenéameEnviar a EskupEnviarImprimirGuardarEn vísperas del referéndum de Crimea para su reunificación con Rusia, decenas de miles de personas participaron en marchas de signo contrario en Moscú. Una, la llamada "por la paz", fue convocada por la oposición, mientras que la otra, organizada por grupos progubernamentales, se solidarizó con la política del Kremlin. Los opositores recorrieron los bulevares de la capital rusa bajo el lema principal de «Por una Rusia y una Ucrania sin Putin», mientras que los otros lo hicieron bajo la consigna de «Por el apoyo a Crimea y la lucha contra el fascismo». Mientras tanto, la popularidad del presidente ruso bate récords y supera el 70%.La marcha de la oposición y el subsiguiente mitin celebrado en la avenida Sájarov, sitio donde tradicionalmente se celebran las manifestaciones de los que quieren librarse de Putin, reunió a decenas de miles de personas —alrededor de 50.000, según la agencia Afp— que consideran que la actual política del Kremlin es una agresión contra Ucrania. «¡No a la guerra!», «¡Rusia será libre!», «¡Fuera Putin!», fueron algunas de las consignas que con más frecuencia corearon los opositores, que están en contra de lo que consideran será una anexión de Crimea por parte del Kremlin.En días anteriores también hubo manifestaciones contra la política de Putin en la península donde Rusia tiene la principal base de su flota del mar Negro, pero esas no contaban con el permiso legal requerido y por ello terminaron con detenciones de activistas. Esta vez, sin embargo, el Ayuntamiento de Moscú dio la autorización correspondiente, como se la dio asimismo a los grupos progubernamentales que también marcharon por las avenidas del centro de la capital rusa. Las rutas de las marchas debían cruzarse, pero todo se organizó de manera que no hubo enfrentamientos ni desórdenes.Entre los activistas del mitin anti-Putin estuvieron conocidos líderes de la oposición como Iliá Yashin o Borís Nemtsov, quien en época de Borís Yeltsin fue viceprimer ministro, así como las dos Pussy Riot liberadas a fines de diciembre pasado.Si la oposición marchó enarbolando banderas rusas y ucranias, los pro-Putin lo hicieron con estandartes rojos y azules, y casi en formación militar. Durante los últimos días ha habido manifestaciones a lo largo de Rusia en apoyo a la política del Kremlin en Crimea.Los resultados del referéndum de este domingo seguramente confirmarán que la mayoría de los habitantes de Crimea quiere que la península pase nuevamente a formar parte de Rusia. El Kremlin no reconoce a las nuevas autoridades de Kiev, las considera ilegítimas y sostiene que la población de Crimea tiene todo el derecho a determinar su futuro en una consulta popular. Occidente no está de acuerdo con ninguno de estos puntos y no reconoce la legalidad del plebiscito. Pero el problema se está extendiendo y existe la posibilidad de que la presencia rusa llegue también a algunas de las provincias del este ucranio.El viernes, ya antes de los enfrentamientos que terminaron con la muerte de dos personas en Járkov, el ministerio de Exteriores ruso publicó una nota —motivada por los desórdenes del jueves en Donetsk, en los que un joven murió apuñalado— en la que advierte que se reserva el derecho a proteger a los rusohablantes; una advertencia reconfirmada este sábado en un comunicado por el Ministerio de Exteriores, que anuncia que Moscú atenderá las "peticiones de ayuda" de rusos de Ucrania. Si la situación se desborda en las provincias con una gran población rushoablantes, Putin podría enviar el Ejército;el Senado ruso le dio unánimemente la autorización para ello el pasado 1 de marzo.Mientras tanto, en medio de las amenazas de sanciones por parte de Occidente, el Kremlin ha recibido una buena noticia: la ONU ha confirmado que el mar de Ojotsk, en el extremo oriente, pertenece a Rusia. Esto abre las puertas a la explotación de la plataforma continental en la zona, que los expertos consideran rica en hidrocarburos

El banco central de Venezuela admite que el país está en crisis: 'No podemos ocultar la realidad

El presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, ha admitido que el país sufre una crisis económica, "aunque no es de las profundas dimensiones que algunos analistas dicen"."No podemos ocultar la realidad: la economía tiene inflación, escaseces y el crecimiento no es robusto", señaló Merentes en una televisión local. El presidente del banco central, considerado uno de los miembros más reformistas del Gobierno de Nicolas Maduro, advirtió de que el país tiene "la habilidad para salir de este momento que no es demasiado bueno"."En cualquier caso, el Gobierno está tomando medidas que nos ayudarán a salir rápidamente (de la crisis)", apuntó.La inflación, del 56% respecto al pasado año, y la carencia de algunos bienes han empujado a la oposición a protestar en las calles, manifestaciones que se han saldado con al menos 28 muertos desde mediados de marzo.Las protestas afectan al comercio y, "se quiera o no, perturban la economía en cierto grado", y "esa es una variable que pesa casi 7 % del PIB", precisó el banquero.Merentes anunció que el crecimiento de la economía venezolana ha sido "suave" en el primer trimestre y que el Gobierno mantiene sus previsiones de crecer un 4% este año. Sin embargo, los analistas de Wall Street no comparten este optimismo. Por ejemplo, BNP Paribas pronostica una recesión del 1,5% y una inflación del 70%.Por otra parte, el Gobierno ha impulsado una nueva plataforma para el intercambio de divisas, el Sistema Complementario de Adquisición de Divisas (Sicad 2), que podría haber reducido la cotización frente al dólar en el 'mercado negro' de 85 a unos 72 bolívares, según las web ilegales que analizan su valor fuera de los circuitos oficiales. Según Merentes, el Sicad 2 facilitará la lucha contra el 'mercado negro' de divisas. En los otros dos sistemas de divisas oficiales, el dólar cotiza a 6,3 y 11 bolívares