Desde los comienzos de la humanidad, la codicia y el egoísmo han marcado en el hombre las pautas para llegar al sistema que tenemos ahora.
Siempre nos hemos valido de la inseguridad y el temor para manejar a los pueblos, que ante el desconocimiento, se han dejado llevar por aquellos que han sabido hacerse oír para llegar al poder.
Lamentablemente, con ideas equivocadas y faltas de justicia, donde todo lo que se ha ido creando, ha beneficiado a unos pocos y perjudicado a muchos.
Este grave perjuicio, ocasionado por quienes a lo largo de la historia no han tenido escrúpulos, viene arrastrando y lleva a la humanidad hacia un futuro incierto de consecuencias hasta ahora no conocidas e imprevisibles, que traerá para muchos el fin de sus días, el caos y la miseria.
Aunque está claro que millones de personas lo sufren ya...
No es tratar de ser profeta, pero existen países que por sus ideas y afán de poder, demuestran y mantienen hostilidad hacia otros, esperando su oportunidad para hacerse notar a través de su cada vez más numeroso y sofisticado arsenal de armamento al que algún día le darán utilidad.
Siempre se ha interpuesto el liderazgo y las creencias amañadas por el ansia de poder, para mover y manejar a las masas y llevarlas a las guerras, al padecimiento y a la destrucción con tal de conseguir sus fines.
Se ha desvirtuado la verdad con el fin de tener razón, se han destruido documentos y manuscritos con información importante y veraz para hacerse con la razón y que nadie les impida gobernar, oprimir y dominar a los pueblos a su antojo.
El resultado de todo aquello que empezó mal, lo vemos ahora reflejado en la vida que llevamos unos y otros en este mundo tan injusto que hemos creado, sin que exista un concepto generalizado y normas que nos hagan comprender que todos somos iguales y tenemos por lo tanto los mismos derechos a disfrutar de la vida como los demás y no como les ocurre a muchos, padecerla.
Unos vivimos en países "civilizados" en donde el consumismo y el capitalismo nos absorbe de tal forma, que solamente nos da para pensar en nosotros mismos sin darnos cuenta que vivimos en el fracaso conjunto.
Otros, gobernados por dictadores, viven en la opresión, con los ojos cerrados ,creyendo que están en el paraíso, con la idea manipulada de que las cosas tienen que ser así, aunque viven sin derechos, en un secuestro continuo y en donde masacres y crímenes legales al antojo de los gobernantes se dan continuamente.
Encontramos también pueblos, que sometidos por sus religiones, creencias e ideas, odian al resto de la humanidad y maltratan a la suya propia a través de vejaciones, abusos, maltratos y despojados de sus propios derechos, amparados por sus malas costumbres arraigadas en sus pueblos y que son incompatibles con los que no son fieles a su ideología o religión.
Fruto de todo esto y de no estar todos sujetos a unas normas ni mentalizados a seguir una misma línea, no se hace nada por mantener el planeta y no se tienen en cuenta las terribles repercusiones y daños irreparables que se pudieran causar al mismo.
Y así es la humanidad, dispersa, diferente y distinta por sus ideas, en la que no hay un concepto de vida marcado por una línea a seguir y en donde las personas no tienen los mismos derechos para llevar una vida digna en un país o en otro.
Se permiten guerras, violaciones de los derechos humanos, injusticias de todo tipo y no se hace nada porque tal y como hemos condicionado nuestro hábitat, nadie puede hacer nada, excepto condenar las acciones emprendidas por uno u otro país o mandatario.
Es una pena que el hombre, por lo mismo de siempre, el egoísmo y el poder, no haya aprovechado el momento oportuno para dar un giro radical al curso de la humanidad para hacerla más justa y equitativa.
Y oportunidades hubo por ejemplo, al acabar la segunda guerra mundial. Pero EEUU y la antigua URSS, pensaron más en el reparto de poder que en el bien de la humanidad, por lo que cayeron en la misma trampa de siempre y no dieron una solución válida para dejar de infringir daños a la humanidad.
Distinto hubiera sido si se hubiera creado un nuevo orden mundial (NOM), en el que todos los países del mundo tuvieran su representación en su justa medida y no teniendo ninguna nación, más derechos que otra.
Con un solo ejercito multinacional representado en cuantía proporcional a los habitantes de cada país, encargado de mantener la paz mundial, hacer cumplir y que se acaten todas las normas y resoluciones que el NOM haya aprobado.
Simplemente con que se hubiera entonces hecho acatar a todos los países las nuevas normas, ahora viviríamos en un mundo más justo y mejor, en donde las guerras, el hambre y la miseria ya no tendrían cabida y todos los humanos tendrían los derechos que la misma humanidad iba a dictarles que tengan, desapareciendo las violaciones de los derechos y los abusos de poder, contando además siempre con la garantía de una humanidad justa y equitativa para todos.
Ahora es impensable llegar a realizar algo así porque no todos los países estarían dispuestos a ceder por el bien de la humanidad. Por lo que habrá que esperar a otra oportunidad mejor, después de otra gran guerra, aunque tal vez, ya sea tarde para todos e incluso resurja el egoísmo y el ansia de poder, impidiendo que algo así se lleve a cabo, por lo que seguiremos viviendo en esta inhumana humanidad
Recuerdo cuando con ilusión, escribí aquella carta a Obama, que titulé Naciones de Paz y que tal vez sólo hayan leído cuatro, pero que encierra un poderoso mensaje para poder llegar a vivir en un mundo mejor.
Me gustaría que existiera un NOM, un nuevo orden mundial justo, en el que sólamente deban de temer los que no respetan a los demas y los incívicos. Y en donde la paz sea una constante, con la simple misión de todos los pueblos de dar mejor vida a los suyos y a los demás, hasta conseguir que todos vivamos una vida digna y sin miedos.
Cuando llegue ese día, la humanidad será feliz...